Solos en la madrugada

26 febrero, 2022

Solos en la madrugada

La emblemática película que protagonizara, entre otros, José Sacristán se enmarcaba en una especial realidad histórica de la España de aquella época.


Sin embargo puede servir de disparador pues remite a dos conceptos de gran actualidad: la soledad y las madrugadas.

En los últimos tiempos son cuestiones que han generado estudios y publicaciones diversas, muchas veces vinculándolas con las consecuencias de la pandemia vigente.

Sin embargo son temas instalados en la sociedad desde hace mucho tiempo, independientemente de géneros, ubicaciones geográficas y/o clases sociales.

Es que la soledad ya está siendo considerada una epidemia silenciosa al punto que en varios países se la trata como una cuestión de estado y hasta se han puesto en marcha ministerios específicos. Un caso es Japón, aunque no es el único.

Y no me alejo de la realidad si digo que durante las madrugadas esa soledad se hace más profunda.

Basta con sintonizar algún programa radial de trasnoche para constatar la necesidad de muchas personas de comunicarse y que en no pocas ocasiones buscan allí un consuelo y hasta una tabla de salvación.

Es que hay situaciones que desembocan directamente en suicidios o intento de tales.

Es que la soledad se padece de la más variada forma, incluso estando rodeados de personas.

Se puede palpar si se observa con cierta atención lo que ocurre con las personas mayores alojadas y a veces arrojadas, en establecimientos públicos o privados.

El olvido de los afectos induce directamente a la soledad, y es un mal descripto por especialistas y que solo quiero referirlo sin pretender emitir juicio al respecto.

Lo cierto es que hay organismos e instituciones que intentan brindar aportes concretos sobre el tema. Una de ellas es la Cruz Roja Argentina.

Y a propósito…..

Dicho organismo ha implementado un sistema de tele asistencia para evitar que la soledad sea desencadenante de decisiones que puedan conducir a situaciones irreversibles o resolver cuestiones diversas.

Este dato me permite disparar entonces la pregunta: ¿Desapareció de Tres Arroyos la Cruz Roja?

En la página web de la organización no figura ninguna filial o seccional en nuestra ciudad.

Debe recordarse, sin embargo, que varias décadas pasadas existía una delegación muy activa. Muchos vecinos aportaban su entusiasmo para su funcionamiento. Uno de ellos era Elder Enzo Marcolongo.

Tenía una fuerte participación en los procesos de donación de sangre y su acción incluía la entrega gratuita en dependencias diversas y empresas, de botiquines de primeros auxilios.

De la misma manera fue organizadora de un curso de guardavidas, recordándose en este caso la participación del abogado Patricio Ferrario.

Lo concreto es que se carece de su presencia desde hace mucho tiempo.

¿Solos en Tres Arroyos?

Cabría preguntarse si existe una política municipal que aborde específicamente esta cuestión de la soledad de los adultos mayores, como por ejemplo existe para la juventud.

Es doloroso enterarse de vez en cuando situaciones de maltrato en establecimientos geriátricos, afortunadamente  aisladas.

De la misma manera observar a las personas, probablemente bien atendidas en lo físico, pero vegetando a la espera nada más que de la muerte.

En los establecimientos oficiales suelen producirse actividades que contribuyen para la distracción y esparcimiento, aunque se me ocurren valiosas pero insuficientes.

Pero no todo es negativo. Hay iniciativas muy interesantes. Por ejemplo el desarrollo de talleres de distintas temáticas, en algunos casos gratuitos o en todo caso con bajo costo.

Los centros de jubilados y pensionados, el programa para adultos mayores en CRESTA, los talleres de la Dirección municipal de Cultura y las actividades que organiza la Dirección Municipal de Deportes, los talleres propiciados por las bibliotecas, etc, son algunos de los ejemplos. Aunque hay más.

La colonia (fotos)

Haber participado me permite hacer referencia a la excelente iniciativa municipal a través del área de deportes, con el funcionamiento de una colonia de verano para adultos.

No voy a describir aquí lo que fue el desarrollo de la actividad en el predio de Almafuerte al 4000 con una importante asistencia y variadas propuestas.

Me parece interesante, en cambio reproducir un texto que participantes elaboraron como síntesis de lo vivido allí:

Alguien dijo hace mucho tiempo que “la naturaleza misma es como un horno: podemos avivar el fuego mientras queden brasas.”.

Y esta Colonia es el horno donde se reavivó el fuego que sigue alimentando nuestras existencias.

Confraternidad, integración y empatía son solo algunos de los términos que pueden definir lo ocurrido aquí.

La escritora francesa Simone de Beauvoir dijo que “las arrugas de la piel son ese algo indescriptible que proceden del alma”.

A la mayoría de nosotros nos sobran arrugas de la misma manera que mantenemos vivo el fuego interno que alienta el deseo de vivir y ser útiles a la sociedad.

Todo esto ha sido interpretado por los excelentes y jóvenes profesores e instructores, comprometidos con la propuesta hasta exceder las obligaciones de un trabajo.

Su accionar bien podría definirse a través de las palabras del emperador romano Marco Aurelio: “penetra hasta el fondo del corazón de cada uno, y permite a todos penetrar en el fondo de tu propio corazón”.

Todo lo mencionado procura contribuir a la consideración de un problema social como la soledad. Cualquier esfuerzo al respecto debe ser bienvenido, pero claramente se requiere un tratamiento integral y sistematizado.

Escribe: Omar Eduardo Alonso

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