José Jurado Jaime: su fallecimiento – Escribe: Omar Eduardo Alonso

13 marzo, 2022

José Jurado Jaime: su fallecimiento – Escribe: Omar Eduardo Alonso

Se autodefinía como inventor y además aclaraba que era “el Jurado pobre”. Desde pequeño le decían Peti.
Era hijo de un matrimonio de andaluces, Antonio Jurado y Dolores Jaime, que tuvieron 8 hijos, 6 de ellos varones.
Por circunstancias familiares, José nació el 25 de noviembre de 1926 en Málaga, España y nunca tramitó la nacionalidad argentina aunque afirmaba que su país era este.

Su padre, Antonio era carpintero, fue encargado de campo y tuvo una quinta, además de una bicicletería. Participó en la preparación de los encofrados para el subterráneo de Buenos Aires.
José cursó sus estudios primarios en la escuela 26 del paraje La Polonia, luego en la 7 y concluyó en la escuela 15.
Posteriormente se insertó como aprendiz en un taller de tornería y luego ingresó a la fábrica Istilart con 20 años de edad, por lo que fue el oficial más joven de aquella plantilla.
Trabajó allí 12 años y luego ingresó a la fábrica Durando, participando en la fabricación de los productos Eskabe. Estuvo dos años.
Luego instalaría su propio y pequeño taller de reparaciones generales llamado El Caimán, en Estrada y ruta 228, y realizó trabajos para la empresa Petrazzini.
Radicado en calle Istilart 975 montó un gran galpón donde desarrolló un taller chapista.
Para facilitar el estudio de su hijo, la familia se trasladó a B. Blanca y tras algunos trabajos, se incorporó a una fábrica de amoblamientos de cocina, donde permaneció 5 años. También integró la Sociedad de Inventores de aquel lugar.
Posteriormente retornó a Tres Arroyos.
El 19 de setiembre de 2015 estuvo en el programa “esto es Historia” y allí recordó que su primer invento fue una casilla rodante para ser tirada por dos bicicletas (foto). Junto con 3 jóvenes amigos viajaron a Claromecó con ella.
Fueron innumerables los inventos generados, incluyendo numerosos tipos de fusibles, pasadores y hasta una máscara especial para pintores que evitaba que los anteojos se empañaran.
Generó una docena de patentes pero aclaró que nunca vivió de la producción de lo inventado.
Se había casado, cuando tenía 23 años, con Irma Zubillaga y tuvieron un solo hijo.

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