Aseguran que el espía Stiuso fue vital para esclarecer un caso que involucró a Tres Arroyos

9 marzo, 2016

Aseguran que el espía Stiuso fue vital para esclarecer un caso que involucró a Tres Arroyos

El espía Antonio “Jaime” Stiuso, vinculado a la causa por la muerte del fiscal Alberto Nisman, fue una pieza clave en el esclarecimiento del crimen del presidente de la Asociación Médica de Bahía Blanca, Felipe Glasman. Ese caso, por el que se condenó al presunto ejecutor pero nunca se esclareció el móvil del asesinato, involucró a Tres Arroyos ya que en la madrugada del homicidio, que ocurrió en pleno centro bahiense, el sospechoso fue detenido por numerarios policiales locales, que tras el paso por la Comisaría Primera de un “misterioso hombre con un maletín”-dato cuya veracidad no se confirmó- , lo dejaron en libertad. Por este procedimiento, incluso, se instruyó una causa paralela que se llevó a juicio, resultando condenado a 3 años de prisión el entonces subcomisario Aníbal Belén, que oficiaba como jefe de la Comisaría tresarroyense.
Según publica hoy un portal de noticias bahiense, cuando en 2005 el fiscal Christian Long se hace cargo de la causa e inicia una reinterpretación de los hechos que ya constaban en el expediente judicial desde hacía tres años, lentamente comienza a aparecer la figura de un extraño “carnicero”. Se llamaba Vicente Guillermo “Tito” Colman. Era el sicario.
Dice “La Brújula 24” que, a medida que recolectaba evidencia contra Colman, Long recibió una sorpresiva y determinante colaboración: la del por entonces Jefe de Operaciones de la SIDE “Jaime” Stiuso.
Stiuso sabía todo sobre el movimiento de la fiscalía bahiense. Conocía más que nadie del avance de la investigación. Por eso, tras pactar un encuentro con el fiscal en un bar de la Capital Federal, no hicieron falta preguntas. “Jaime” le dijo a Long que sabía a quién buscaba y que se lo “entregaría”. Esa vez acompañó una carpeta con fotos y documentación.
“Tito” Colman trabajaba como agente inorgánico de la Secretaría de Inteligencia. Una de sus especialidades era infiltrarse en marchas y protestas callejeras.
Stiuso, en sus dos encuentros con el funcionario judicial, se encargó de aclararle que la SIDE había sido ajena al crimen de Glasman y que se había tratado de un “trabajo independiente” de Colman. No dijo nada de la autoría intelectual.
Colman, que poco después de los datos aportados por “Jaime” sería detenido en Banfield, había sido entrenado en la ESMA en los años de dictadura militar. Luego, durante la Guerra de Malvinas, lograría entrar como cocinero a la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires. Se cree que no solo preparaba el menú.
Por el crimen de Glasman, el sospechoso fue condenado a 23 años de prisión. Se considera que actuó por encargo, sin embargo, nunca se esclareció la autoría intelectual del homicidio.