Bares, despachos de bebidas, piringundines y anexos. Escribe Omar Alonso

30 diciembre, 2023

Bares, despachos de bebidas, piringundines y anexos. Escribe Omar Alonso

Escribe: Omar Eduardo Alonso

Respondieron a los requerimientos de épocas distintas, de demandas de diversas clases sociales, fueron escenario de hechos policiales de todo tipo, también de encuentros sociales o políticos. En antros del bajo fondo tresarroyense se gestó, por ejemplo, el nacimiento del laborismo y la aparición del peronismo.

Algunos tuvieron el privilegio de contar con presencias notables, como Carlos Gardel o Pedro Leopoldo Carrera y muchos otros anexaron servicios conexos.

Dentro de estos, las prestaciones de generosas y afectuosas señoritas dispuestas a aliviar urgentes requerimientos de numerosos parroquianos dispuestos a invertir su dinero en un contexto de tarifas variadas según categorías de mercado.

Actividades estas que eran desarrolladas de manera explícita o disimulada, pero casi siempre con el visto bueno policial o de la inspección municipal, con beneficio de retorno y muchas veces con aprovechamiento político.

De tal modo, mucha historia supo escribirse entre sábanas y secretos frecuentemente no muy bien guardados por los o las confidentes. Lamentablemente fueron muchas las mujeres víctimas de sometimiento y trata, un alto precio para satisfacer los bajos instintos y asegurar la comida diaria para la familia.

Los cafishios muchas veces eran punteros políticos y las vinculaciones con el poder eran infinitas. Alguna vez alguien se preguntó si yo tenía una especial obsesión por referirme al tema de la prostitución. Y allí está la explicación. Muchas, pero muchas veces, fue entre el barro del andurrial donde se comenzaron a escribir las historias que cimentaron a la Tres Arroyos que hoy conocemos.

No será suficiente una crónica como esta para referir, en una enumeración que es larga pero insuficiente para ser total, aquellos bares que florecían y en algunos casos prosperaban a la luz de los requerimientos ciudadanos. Creo que el tema lo merece pues en muchos recreará recuerdos y anécdotas. En todo caso, volver a vivir aquel tiempo.

Evocación

En el álbum del cincuentenario de Tres Arroyos se incluye un texto muy  emotivo escrito por Raúl Sáenz López donde habla ya de un proceso en que el tradicional boliche iba desapareciendo para tomar otras formas de negocio.

Ya en 1934 se advertía lo que yo manifiesto en esta crónica, es decir una progresiva transformación de esos lugares, antes denominados pulperías.

Hacia las décadas del 40 y 50 la competencia hacía que se ofreciera o se facilitara la prostitución como forma de atraer a los parroquianos. Sáenz López estuvo muy vinculado siempre con el Club Huracán.

Hacia 1923 jugó en tercera división junto a Escujuri, Sequeira y Araujo, entre otros, y al año siguiente lo hizo en la segunda división del fútbol local.En determinado momento resolvió dejar la práctica activa dedicándose a sus inclinaciones literarias.

Son escasos los bares históricos que se mantienen funcionando. Hasta ahora se ha salvado de la piqueta el Yo Yo, en Liniers y Reconquista. Por otra parte, el oficio más viejo del mundo se desarrolla ahora en otros ámbitos y de otras formas.

Quizás merezca una mención especial un lugar al que no pocos han concurrido en algún momento de sus vidas. Durante muchos años funcionó en la calle Chacabuco, en una antigua casona y su regente falleció hace algún tiempo luego de haber sido condenada por el delito de “facilitación”. Sin dudas que con la “Teté” desaparece una verdadera “institución” de este rubro marginal. Vendrán otras crónicas evocativas.

Año 4-Nota 196

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