El otro yo – Escribe: Omar Eduardo Alonso

9 abril, 2022

El otro yo – Escribe: Omar Eduardo Alonso

Pasadas generaciones disfrutaban con historietas que marcaron épocas.
Una de ellas era “El otro yo del doctor Merengue”, una creación de Guillermo Divito que comenzó a publicarse primero en la revista El Hogar, luego en el diario Clarín en 1945 y se afianzó con el lanzamiento de la revista Rico Tipo.

Fue la tira más popular de dicho dibujante y humorista, aunque se lo recuerde más por sus famosas “chicas”, dotadas de cuerpos exuberantes y audacia en sus diálogos.

Merengue era un atildado profesional que nunca perdía su compostura pero con una frondosa vida interior que afloraba en su otro yo.

A través de su “otro” se manifestaba el verdadero pensamiento de Merengue sobre las situaciones que se planteaban.

Traje a colación esta histórica tira coincidentemente con el lanzamiento de la crónica/columna semanal número 104, es decir cuando se cumplen dos años desde su publicación en el portal de esta emisora.
En consecuencia, me pareció interesante recurrir a mi otro yo, como para formular algunas reflexiones, es decir puntualizar cuestiones que a veces no pueden ser advertidas por los habituales lectores.

Solo y en silencio
Es así como me enfrento con el desafío de la página en blanco.
La selección de los temas a veces se produce naturalmente cuando de improviso me encuentro con algún dato interesante y que resuelvo profundizar.

Muchas veces, fruto de la casualidad, repasando alguna documentación o publicaciones de antaño, o bien porque una crónica deriva en el contacto de personas que tienen comentarios o datos adicionales y me lo informan a través del correo.
Juega en esta cuestión la perspicacia propia del periodista, que en mi caso se sustenta en una experiencia que supera ya los 52 años de oficio.

Luego, el desafío de la búsqueda de datos que sustenten el relato a realizar de manera que resulte lo más atractivo posible para los lectores.
Es necesario, en mi caso, confirmar semanalmente que las columnas interesan, quizás para alimentar un ego personal propio de todo periodista, pero además para estar a tono con la proyección trascendental de la página que me cobija.

De todas maneras, esta actividad requiere un poco/bastante de amor propio y de autoestima para sobrevivir en un ambiente muy competitivo y no siempre muy leal.
Es preciso para mí que esa cuestión quede bien clara. Afortunadamente no me he defraudado, aunque la búsqueda de mejorar es permanente. El techo siempre tiene que estar alto si se pretende algún grado de éxito.

Por eso es que, además, he intentado, con resultado positivo, publicar en medios digitales de alcance nacional, como el Diario de Cultura, del colega Daniel López, o Historia Hoy, de Omar López Mato.
Colaboraciones esporádicas que deben superar una selección estricta y marcar un interés de lectores de todo el país y el exterior y no solo de Tres Arroyos y la zona.
La continuidad del espacio es sustancial para permanecer en la consideración pública. De modo que es importante llegar a los dos años.
Al respecto, llevo un registro detallado. Hubo solo un fin de semana en que el material no se publicó pero estrictamente por cuestiones técnicas: el 18 de setiembre de 2021.

Podría referir estadísticas, pero me parece que no interesarán a los lectores. No puedo, sin embargo, evitar decir que el promedio de acceso a las notas supera generosamente las mil.

Reconocimiento
Puedo decir también que me gratifico con el reconocimiento que progresivamente va teniendo este trabajo.
No son pocos los casos en que me han preguntado por qué no reanudo el programa “esto es Historia”, que durante 7 años ocupó un espacio de la tarde de los sábados por LU 24.

Se ha dado lugar a una experiencia novedosa para mí, como es el desarrollo de un taller de plasticidad cerebral basado en las técnicas del periodismo. La Dirección Municipal de Cultura analiza su implementación en alguna localidad.
Se me ha convocado y dado lugar para colaborar en el programa Dejando Huellas, de turismo rural en el marco del programa Cambio Rural.

Buena parte de mi trabajo ha sido utilizado, con mi autorización, por la colega Patricia Berruti en un programa que desarrolla en CELTA TV. Debo destacar la correcta actitud de Patricia que me consultó previamente al respecto, un detalle no menor que habla de la honorabilidad que debería ser normal en el accionar de todos los periodistas.

La compilación de estas columnas se realiza anualmente en formato digital y copia del archivo es cedido a la Biblioteca Pública Sarmiento, para su recurrencia por eventuales interesados, ahora o en el futuro.
Procuro, además, recordar a personas con alguna proyección en la comunidad en los obituarios correspondientes.
Aparecen, con cierta frecuencia, consultas y contactos de personas averiguando tal o cual cuestión y hasta quienes requieren aportes para trabajos específicos. El último, de un periodista de Radio Provincia y profesor universitario abocado a la elaboración de un libro cuya trama se desarrolla en nuestra ciudad.

La utilización del generoso archivo disponible también resulta muy atractiva.
Así ha sido mencionado por el “Chango” González en su programa Algo de lo nuestro, por radio Comunidad Argentina, y más recientemente con los datos vinculados por la puja judicial oportunamente producida por la fortuna de Alfredo Fortabat.
La originalidad de algunos temas y artículos han sido motivo de numerosos comentarios recibidos en privado. Incluso corrigiendo o ampliando datos, lo que es muy interesante para enriquecer el conocimiento.
“Mi otro yo” diría que no me puedo quejar, que mi trabajo está a la altura de las expectativas y que solo es preciso desear que se sostenga hasta que las neuronas aguanten.

Dos años es poco y es mucho, según el punto de referencia que se adopte.
No sé qué opinarán los lectores habituales de este espacio.

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