Padre Cándido, a 50 años de su llegada a Tres Arroyos: “No pierdo la esperanza de volver”

9 octubre, 2021

Padre Cándido, a 50 años de su llegada a Tres Arroyos: “No pierdo la esperanza de volver”

Un día como hoy pero de 1971, el Padre Cándido Fernández, de recordado paso por la comunidad a través de su labor pastoral en el Colegio Jesús Adolescente, iniciaba su etapa en Tres Arroyos, la cual duró 23 años. En este sentido, el Sacerdote español, habló con LU 24 sobre su estadía en nuestra ciudad, cómo llegó y qué lo incentivo a quedarse.


“Esa tierra me tira, llegué un 7 de octubre por la noche a Buenos Aires, un día primaveral. Tomamos el Cóndor la Estrella que era un colectivo doble camello de mucho lujo, con azafata. Fui con otro Padre, y el 9, nos estaban esperando en Tres Arroyos, en la calle Alsina, si no me equivoco, donde era la terminal”, dijo.
Más allá de la distancia entre los continentes, explicó que “teníamos un conocimiento muy anecdótico, los Padres mayores siempre nos hablaban de Tres Arroyos, Chaves y Bahía Blanca. Era casi como haber estado ahí, nos contaban de cuando salían de excursión y casería”.
“Para nosotros era toda una novedad pero había un conocimiento, porque los Padres cuando van y vienen siempre cuentan sus experiencias y anécdotas”, destacó y agregó que “llegamos aquella mañana temprano al colegio, a las 4 o 5 de la mañana, me fueron a esperar a la terminal. Había dos o tres días de fiesta, porque estaba el día de la raza, así que aproveche ese momento para dormir y conocer un poco más”.
En cuanto a la decisión de cambiar de continente, Cándido manifestó que “mis padres tenían el miedo de que me vaya y no vuelva, así que negociaba mi ida para allá. La idea era que iban a ser tres años, pero aquellos tres años se convirtieron en unos 30”.
“Gracias a Dios, hubo momentos muy agradables con los jóvenes, chicos y familias. Cuando llegué era muy jovencito en edad y experiencia, nos costó un poquito arrancar, pero los Padres eran muy generosos y así pudimos caminar con una mayor seguridad”, resaltó.
A raíz de los cambios que fueron impulsados en su etapa como Director del Colegio Jesús Adolescente, el Padre subrayó que “pusimos mixto, las clases se fueron ensanchando y se duplicaron las divisiones. Se fue metiendo la parte social en la familia, que era lo nuestro”.
Además, brindó detalles de cómo fue el momento que decidió quedarse en nuestra ciudad, alegando que pasados dos años, y luego de enviar una carta en la cual manifestaba su intención de volver a España, hizo una “especie de catarsis, ahí pensé que podía dar mucho más por Tres Arroyos que solo 3 años, hubo un amago en el año 88 pero así fue la cosa, vine por 3 años y me quedé por 23, y unos 7 en Buenos Aires”.
Su relación con la ciudad no culminó cuando volvió a sus tierras, sino que hasta el día de hoy mantiene el contacto con ex alumnos y amigos a través de las redes sociales. “Cuando me escriben los ex alumnos míos, que ya tienen 50 años, me siento mayor. Por aquí han pasado varios que han venido a saludar a Madrid, han venido también profesores y gente amiga”, agradeció.
No solo le quedaron las amistades y los buenos recuerdos, sino que una parte de la cultura nacional argentina se fue con él. “Me puede faltar cualquier cosa menos el mate. En general los españoles no toman mate, con el Padre Julián siempre nos encontramos y me dice que no lleve el termo y la yerba, que la tiene el”, dijo.
“La alegría, la amistad y el sentimiento, después de varios años de estar allí. Tuve la dicha de poder viajar dos o tres veces por allá, he podido pasar un tiempo con la gente. Mantengo bastante contacto con los Padres del Colegio, ex alumnos y la gente que pasó por la experiencia juvenil de su vida cristiana”, aseguró.
“Hubo cosas muy bonitas que se han mantenido firmes, esperemos que haya siempre esa unidad de criterios e ideas. No pierdo la esperanza de volver por aquellas tierras”, finalizó.